Las personas con diabetes deben llevar a cabo una serie de hábitos para controlar sus niveles de glucosa en sangre y convivir de la manera más tranquila posible con su enfermedad. Por lo contrario, un mal control de la diabetes puede derivar en otras enfermedades de una gravedad superior, poniendo el riesgo la salud del paciente.
En este sentido, el ejercicio físico en las personas con diabetes ayuda a mejorar el control de la glucosa, reduce la presión arterial, disminuye o mantiene el peso corporal y mejora la dislipemia y los marcadores de riesgo cardiovascular. Estos son algunos de los grandes beneficios de la actividad física para este tipo de pacientes.
Igualmente, otro hábito fundamental en las personas con diabetes y que permite presentar unos niveles estables de glucosa en sangre es la alimentación adecuada. Llevar un control sobre la alimentación también es clave en los pacientes con diabetes.
Tipos de ejercicios beneficiosos para controlar la glucosa
Los profesionales de la Fundación Sociedad Española de la Diabetes (FSED) explican que «si la diabetes está controlada, se puede hacer ejercicio de la manera que se quiera, aunque el ejercicio aeróbico es mejor: correr, caminar rápido, jugar a tenis, ciclismo o bicicleta estática, bailes de salón y natación. Es preferible hacer ejercicio diario, moderado, durante de media a una hora al día, que hacer ejercicio muy intenso de forma esporádica».
Cómo ya hemos argumentado anteriormente, la actividad física en las personas con diabetes ayuda a controlar la glucosa y ofrece grandes beneficios. No obstante, es importante que las personas con diabetes midan de forma regular sus niveles de glucemia en el contexto de la actividad física, ya que en ocasiones también puede provocar hipoglucemia.
En el caso de personas que nunca han realizado actividad física, existen formas sencillas de comenzar la activación. Por ejemplo, caminar en lugar de desplazarnos en coche o subir las escaleras en vez de utilizar el ascensor.
Claves de la actividad física
Por otra parte, desde la FSED argumentan que «es importante llevar la ropa adecuada para hacer ejercicio (de algodón en época de calor, de algodón en el interior y lana en el exterior en épocas frías) a fin de prevenir exposiciones dañinas, agotamiento por calor, insolaciones o una baja temperatura corporal».
Las diferentes investigaciones científicas realizadas al respecto muestran los amplios beneficios de la actividad física para las personas con diabetes tipo 2 como regular los niveles de glucosa, además de ser especialmente positiva para otros factores de riesgo cardiovascular; como dislipemia, sobrepeso o hipertensión arterial.
En general, los expertos en la materia recomiendan una valoración por parte de un profesional antes de iniciar una actividad deportiva regular. Y es que en las personas con diabetes también resulta esencial llevar un control de la glucosa durante la actividad física.
Finalmente, desde la Fundación Sociedad Española de la Diabetes (FSED) añaden que «las sesiones deben iniciarse con un periodo de calentamiento de unos cinco minutos para adecuar la musculatura esquelética y el aparato cardiorrespiratorio y deben finalizarse también con una disminución progresiva de la actividad. Hay que disponer de un equipamiento adecuado y garantizar una correcta hidratación».