La sacarina es uno de los edulcorantes más extendidos por todo el mundo. Se trata de uno de los sustitutivos del azúcar que más triunfan por su tiempo y forma, dada su potente capacidad de endulzar los alimentos.
Cuando hablamos de la sacarina, hemos de decir que es uno de los edulcorantes sintéticos más antiguos. Fue descubierto en 1879 por Ira Remsen y Constantin Fahlberg, de la Universidad Johns Hopkins.
Químicamente, esta sustancia es una amida o-sulfobenzoica, y una de las grandes características por la que mucha gente se abona a utilizarlas es que no tiene calorías.
Otra, como bien podrás saber, es que la sacarina es unas 500 veces más dulce que la sacarosa, y que por tanto, se utiliza en muchos alimentos y bebidas y es beneficiosa para nuestra dieta.
¿Cuánta sacarina debemos tomar como máximo?
Para quien no lo sepa, la sacarina es una de esas grandes alternativas al azúcar que podemos encontrar en cualquier supermercado. Pero que tenga un fácil acceso no quiere decir que debamos, ni mucho menos, arrasar con su consumo por multitud de factores.
La dosis diaria límite (ADI), fijada por JEFCA, para la sacarina y sus sales de Ca, K y Na, es de 5 mg por kg de peso corporal y día.
En su día fue muy cuestionada, pero siempre que sigamos ese límite de consumo no tendremos grandes problemas de salud. Ahora bien, hay varios riesgos que sí debemos tener en cuenta que están relacionados con nuestro organismo y con la sacarina, así que toma nota.
Riesgos de sustituir el azúcar por la sacarina
En primer lugar, y según fija el Departamento de Salud y Servicios para Personas Mayores de Nueva Jersey, la sacarina puede afectarnos si la inhalamos.
Igualmente, la exposición a la sacarina puede irritar la piel, y en concentraciones altas, puede haber alergia, sobre todo en personas sensibles.
La sacarina de sodio o calcio suele utilizarse en muchos alimentos de bajas calorías, mucho más que el azúcar, pero también podemos hallarla en la pasta dental, enjuagues y otros productos.
Hay otros efectos agudos para la salud de la sacarina, siempre que estemos en una exposición larga y que pueda irritarnos de alguna forma la piel.
Desde el citado centro estadounidense se aclara que pese a sus pruebas, no se puede clasificar como causa del cáncer, así que por eso no debes preocuparte.
Tampoco se afirma que, tras haber sido sometida pruebas, afecte a la reproducción de los seres humanos. Pero sí que puede darnos alergia en la piel. ¿Qué examen debemos hacernos?
- Una evaluación con un alergista
- Pruebas concretas
- Un historial de síntomas anteriores y actuales, si los tenemos
Sobre todo, en lo que concierne a personas sensibles. Si tenemos alergia, la exposición baja puede causar picazón y sarpullido.