La vitamina D un nutriente de gran importancia para la salud. Sin embargo, es probablemente la vitamina más peculiar de todas, puesto que su principal fuente de obtención natural no se encuentra en los alimentos; si no en los rayos ultravioletas del sol.
Esta vitamina tiene un papel protagonista en numerosos procesos del organismo. Entre otras cosas, es fundamental para la salud de los huesos porque mejora la absorción de calcio, mejora el funcionamiento del sistema inmune, es buena para el corazón, movimiento muscular o acción del sistema nervioso.
Los expertos en la materia insisten en la importancia de contar con unos valores óptimos de vitamina D para reducir el riesgo de desarrollar diferentes enfermedades.
La vitamina D a través del sol
La exposición de la piel a los rayos ultravioletas del sol permite aumentar los niveles de vitamina D en el organismo a través de un complejo proceso. En cualquier caso, la exposición al sol debe ser moderada.
Y es que tomar el sol en exceso puede derivar en diferentes problemas de salud, incluido el cáncer de piel. Sin embargo, una buena noticia es que para aumentar los valores de esta vitamina no es necesaria una exposición a los rayos solares durante un tiempo elevado.
Los expertos explican que únicamente basta con exponer partes claves del cuerpo como piernas, cara y brazos durante 30 minutos y tres veces en semana. De esa forma será posible incrementar los valores de vitamina D con seguridad.
Si bien, hay que tener en cuenta determinados factores, como que en determinados territorios del mundo los días del sol durante el año son más limitados que en otros.
Por eso, siempre es importante complementar los valores de esta vitamina con el consumo de alimentos ricos en vitamina D, como aceite de hígado de bacalao, pescados azules y grasos, huevos, champiñones, hongos o productos lácteos enriquecidos.
Cómo influye el color de la piel
Diferentes trabajos de investigación han constatado que las personas con color de piel más oscuro tienen mayor facilidad para presentar deficiencia de vitamina D, por lo que necesitan dosis más elevadas de radiación solar para contar con unos niveles óptimos.
Los datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) muestran que las personas negras son las que presentan unas tasas de deficiencia de vitamina D más elevadas.
Desde ‘GrassrootsHealth Nutrient Research Institute‘ argumentan que «las personas con piel más oscura necesitan una exposición solar mayor que las personas de piel clara para obtener la misma cantidad de vitamina D».
Al respecto de esta situación, Yolanda Gilaberte, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología explica que «no hay que volverse locos con la vitamina D. Es verdad que como depende de la radiación UVB, que es muy alta en primavera y verano, pero muy baja en otoño e invierno, en esta época habría que estar varias horas expuestos al sol para sintetizar suficiente vitamina D y además vamos muy cubiertos».
«Sin embargo, en verano y primavera es suficiente si te da el sol en piernas, brazos y cara 15 minutos al menos 3 veces a la semana, considerando que con la edad también la piel disminuye su capacidad de sintetizar esta vitamina», concluye.