El aparato digestivo cumple una función primordial en el funcionamiento del cuerpo humano. Si bien, es necesario conocer que la neuronas también participan en los procesos de digestión cumpliendo diferentes funciones.
En concreto, desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), explican que el aparato digestivo tiene la misión de obtener la ‘materia prima’ de los alimentos que sirve para generar la energía que necesita el organismo.
Así, el aparato digestivo está compuesto por diferentes partes del organismo. Abarca desde la boca hasta el ano, pasando por diferentes partes, como el intestino delgado, esófago, estómago, intestino grueso o colon.
Además, desde la FEAD matizan que «hay dos órganos que vierten sus secreciones al tubo digestivo: el hígado y el páncreas, ambos con un importante papel en la digestión y absorción de los alimentos».
La digestión es un proceso esencial para el organismo, ya que el cuerpo requiere de nutrientes procedentes de alimentos y bebidas para su correcto funcionamiento. Hablamos de proteínas, grasas, carbohidratos, minerales y agua que el cuerpo necesita de forma constante.
Así, la función principal de la digestión consiste en descomponer los nutrientes en pequeñas cantidades para que el cuerpo puede absorberlo correctamente y utilizarlos como energía, crecimiento y reparación de las células.
Las funciones de las neuronas en la digestión
Hay que tener claro que las neuronas también se encuentran en el tubo digestivo. «El tubo digestivo dispone de una red neuronal repartida entre las capas mucosa, submucosa y muscular», argumentan los profesionales de la FEAD.
Seguidamente exponen que «estas neuronas desempeñan una función esencial en la regulación de las funciones motora y mucosa del tubo digestivo».
En concreto, este tipo de células cerebrales tienen la misión de regular el movimiento intestinal, denominado peristaltismo o secreción de sustancias al intestino para la digestión. Así, éstas están controladas por el sistema nervioso central y autónomo.
Referente a este asunto, desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), argumentan que «estas neuronas reciben señales del sistema nervioso central, el cerebro principalmente, y autónomo, el encargado principalmente de los movimientos reflejos, entre otras funciones»
Además, las neuronas que se encuentran en el aparato digestivo tienen la capacidad de funcionar de forma independiente al sistema nervioso central y autónomo. Es una de sus características más llamativas.
El papel del estrés en el aparato digestivo
La ansiedad y el estrés también influyen en el correcto funcionamiento del aparato digestivo. Concretamente, pueden producir o empeorar síntomas gastrointestinales como el dolor abdominal, hinchazón diarrea, náuseas o pesadez.
«Estos trastornos funcionales a nivel gástrico pueden verse exacerbados por el estrés o la ansiedad, aunque el mecanismo por el que lo hacen es desconocido», informan desde la FEAD.
Para evitar estos síntomas que pueden intervenir en la correcta digestión es fundamental evitar al estrés o la ansiedad, dos aspectos que pueden tener consecuencias negativas para la salud en general. «Aprender técnicas de relajación y el autocontrol del estrés y la ansiedad son factores que pueden ser de gran ayuda», comunican desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).