La vitamina E es un nutriente liposoluble que se encuentra en una gran variedad de alimentos. Además destaca principalmente por su poder antioxidante, lo que le otorgar importantes beneficios para la salud y el funcionamiento del organismo.
Gracias a esta acción antioxidante ayuda a combatir los radicales libres, que son compuestos que se generan cuando el cuerpo transforma los alimentos que consume en energía.
Por otra parte, esta vitamina también es fundamental para mejorar la acción del sistema inmune, encargado de proteger al organismo frente a los virus y bacterias que lo invaden. Además, la vitamina E también contribuye a dilatar los vasos sanguíneos y evitar los coágulos de sangre en su interior.
Enfermedades que previene la vitamina E
Como ya hemos señalado anteriormente, la vitamina E es uno de los nutrientes indispensables para el correcto funcionamiento del sistema inmune, pero además también cumplen importantes funciones que ayudan a prevenir el desarrollo de diferentes enfermedades.
Estas son las principales funciones de la vitamina E en el organismo, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos:
- Actúa como antioxidante. Gracias a ello es bueno para combatir a los radicales libres que en ocasiones pueden causar daño en las células, tejidos y órganos.
- Es beneficiosa frente a determinadas afecciones de salud vinculadas al envejecimiento.
- Estimula la acción del sistema inmune frente al ataque de patógenos externos.
- Contribuye a la formación de glóbulos rojos y evitar la formación de coágulos en el interior de los vasos sanguíneos.
- Ayuda al cuerpo a utilizar correctamente la vitamina K, un nutriente importante para la circulación sanguínea y la salud de los huesos.
Si bien, desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos afirman que es necesario realizar investigaciones en profundidad para conocer si la vitamina E puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares, demencia, accidentes cerebrovasculares, enfermedades hepáticas o cáncer.
Fuentes de vitamina E
Las personas necesitan consumir de forma diaria una cantidad concreta de este nutriente. Así, desde el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos explican que una persona adulta requiere de unos 15 mg de esta vitamina de forma diaria.
Así, la vitamina E es un nutriente que se encuentra principalmente en una gran variedad de alimentos. La forma más recomendable de aumentar los niveles de esta vitamina es a través de la alimentación, de forma natural.
Y es que también es posible acudir a suplementos vitamínicos para subir los valores de este nutriente en el organismo. Sin embargo, en este caso siempre es recomendable contar con la supervisión de un especialista.
Así, este nutriente se encuentra generalmente en aceites vegetales, como el aceite de oliva, aceite girasol o aceite de trigo. También son fuente de esta vitamina los frutos secos, entre los que destacan las almendras, avellanas o maníes.
Por otra parte, el consumo de hojas verdes como la espinaca y el brócoli también es ideal para aumentar la vitamina E en el organismo. Además, en la actualidad es probable encontrar en la mayoría de supermercados muchos productos fortificados con esta vitamina, dada su importancia para la salud.