El gluten es una proteína vegetal que se encuentra presente en algunos cereales como la cebada, centeno, espelta o triticale, entre otros. Si bien, algunas personas deben evitar el consumo de esta proteína por motivos de salud.
Por otra parte, el gluten no es una proteína de gran valor nutricional, debido a que no posee todos los aminoácidos esenciales. Sin embargo, aunque eliminarlo de la dieta no conlleve deficiencias nutricionales, los expertos en nutrición no recomiendan retirar el consumo de gluten en la alimentación sin motivo aparente.
Así, el gluten es una proteína que no siempre es tolerada por las personas. En este sentido, es importante diferenciar entre tres grupos de personas diferentes que no deben consumir esta proteína de origen vegetal por motivos de salud.
Personas que no deben consumir gluten
Por un lado están las personas celíacas, por otro las que son sensibles al gluten pero no celiacas, y por último las personas que son alérgicas al gluten. A continuación explicamos cada una de estas situaciones que afectan a la alimentación.
La situación más conocida es la celiaquía o personas celíacas. En este caso se trata de una intolerancia constante al gluten de tipo autoinmune. Esta situación se desencadena únicamente en personas que están predispuestas genéticamente a tener esta intolerancia a los alimentos que contienen gluten.
Esta condición de salud puede aparecer en cualquier momento de la vida en personas genéticamente predispuestas. Así, la celiaquía es una afección de salud con la que se debe convivir toda la vida, eliminando de la alimentación el gluten.
Actualmente en España hay en torno a 450.000 personas diagnosticadas con celiaquía. Así, desde la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) argumentan que «la ingestión de gluten en una persona celiaca sin diagnosticar acaba ocasionando la atrofia de las vellosidades del intestino delgado, no absorbiéndose correctamente los nutrientes, y generándose carencias nutricionales que pueden derivar en enfermedades graves e irreversibles. Una vez diagnosticada la enfermedad celiaca, y realizando una dieta sin gluten durante toda la vida, los síntomas revierten. Por tanto, es muy importante diagnosticarla a tiempo».
Alergia al gluten y otras situaciones
Un segundo caso de personas que no pueden consumir gluten son aquellas que demuestran tener intolerancia a esta proteína vegetal pero sin ser celíaca. En este caso, son personas que al ingerir el gluten desarrollan síntomas adversos.
Entre esos síntomas se produce malestar, gases o dolor de vientre. No obstante, no presentan las características bioquímicas propias para que se diagnostique como una persona celíaca.
La principal diferencia en estos casos, es que las personas celíacas presentan atrofia en las vellosidades intestinales tras la realización de una biopsia.
En cualquier caso, los expertos explican que es adecuado no retirar el gluten de la alimentación sin motivo, ya que la falta de esta proteína vegetal a largo plazo sin recomendación por parte de un médico puede provocar un aumento de la grasa en el hígado o la rigidez vascular.
Finalmente, la tercera posibilidad es la alergia al gluten. Esta situación se da principalmente en las personas que al consumir esta proteína de origen vegetal desencadenan una reacción inmuno-alérgica inmediata y mediada por anticuerpos.