El objetivo principal de los probióticos es ayudar con la restauración de la microbiota intestinal. Ahora bien, para poder escoger bien entre todos los probióticos que existen debemos saber qué tipos de probióticos existen y cómo nos ayudan. Además, también es importante no confundir los probióticos con los prebióticos ya que, aunque tienen nombres similiares, son conceptos totalmente diferentes.
Pero, ¿Qué son los probióticos y cómo funcionan? Según la Organización Mundial de la Salud, los probióticos son microorganismos vivos que, administados en cantidades suficientes, ayudan a reforzar nuestra salud tanto a un nivel digestivo como a un nivel inmunitario. Cada tipo de probiótico cuenta con propiedades diferentes, de ahí la importancia de conocerlos un poco más en profundidad.
Los probióticos pueden ser consumidos a través de los alimentos o a través de preparaciones farmacéuticas en el caso en el que las necesidades sean más elevadas. No obstante, si se tienen niveles adecuados, no será necesaria una suplementación de probióticos.
¿Cómo escoger el mejor probiótico para cada situación?
Cada situación es diferente, de ahí a que se necesite conocer cuál es el mejor probiótico para cada situación. En este caso, los probióticos se diferencian según lo siguiente:
- Género
- Especie
- Cepa
En general, un probiótico de buena calidad debe ser capaz de resistir un ambiente hostil en el organismo. Los géneros más usados pertenecen a las bacterias ácidos lácticas (BAL), como es el caso de Lactobacillus, Bifidobacterium y Streptococcus, aunque también existen algunas levaduras, como la Saccharomyces cerevisiae también están muy recomendadas.
Características importantes de los probióticos
Características de los probióticosSegún la experta en nutrición y dietética Adriana Duelo, antes de escoger un suplemento probiótico es importante saber si es seguro a la hora de tomarlo. La especialista explica que deben poseer las siguientes características:
- Deben tener una seguridad biológica, es decir, que sean seguros para el consumo humano.
- Es importante que contengan organismos resistentes a la degradación de los ácidos del estómago, la bilis y las encimas para que puedan sobrevivir a lo largo de todo el tránsito gastrointestinal.
- Se capaz de adhereirse al epitelio intestinal.
- Poder colonizar y crecer en el tracto gastrointestinal.
- Tener la capacidad de inhibir el crecimiento de organismos bacterianos patógenos.
Diferentes estudios han demostrado que las diferentes cepas de probióticos ofrecen beneficios distintos para la salud. Esto quiere decir que es importante tomar la cepa correcta dependiendo de si tenemos un problema con el sistema inmunitario o con el sistema digestivo.
Cepas probióticas para el sistema inmune
Si lo que se intenta es ayudar al sistema inmunitario, será importante tener en mente algunas de las cepas de probióticos siguientes:
- Bifidobacterium Lactis (HN019): esta cepa ayuda a modular algunos aspectos del sistema inmune en adultos.
- Bifidobacterium Lactis (Bb-12): Restaura la flora intestinal en los niños, alivia y disminuye las flatulencias, diarrea y estreñimiento. Además aumenta la respuesta inmune en niños.
- Lactobacillus acidophilus (NCFM): mantiene y restaura la salud de la microflora en el sistema digestivo, de la flora vaginal y da soporte al sistema inmune, inhibiendo diferentes bacterias patogénicas.
- Lactobacillus reuteri: presente en la leche materna, esta cepa protege al huésped de infecciones mediante el sistema inmune.
- Lactobacillus Rhamnosus (GG): disminuye la incidencia de infecciones gastrointestinales, respiratorias y también diarrea asociada al consumo de antibioticos.
- Lactobacillus Plantarum (CECT7315 y CECT7316): tienen un efecto inmunoestimulador que ayuda a prevenir infecciones y contribuyen a una mejor evolución clínica.
Cepas probióticas para el sistema digestivo
En el caso del sistema digestivo, será importante tener en cuenta las siguientes cepas de probióticos:
- Lactobacillus Rhamnosus (GG): se ha demostrado que sirve para reducir la severidad y duración de la diarrea infecciosa aguda en niños. Así como para la prevención de la diarrea en adulto y en pediatría. También se ha visto que reduce el dolor asociado a los síntomas del intestino irritable en niños.
- Bifidobacterium Lactis (Bl-04) y Lactobacillus paracasei (Lpc-37): en un estudio junto con 2 cepas más demostraron que restauraban la flora intestinal durante y después del tratamiento con antibióticos.
- Lactobacillus casei (DN-114001): se utilizan en leche fermentada junto a otros probióticos como terapia adyuvante a la erradicación del Pylori.
- Saccharomyces cerevisiae (Boulardii): se trata de un hongo que inhibe el crecimiento de bacterias patógenas y también para la diarrea asociada a los antibióticos, tanto en adultos como en niños.
- Lactobacillus Plantarum (299v): además de su actividad antioxidante ayuda a mantener la permeabilidad intestinal, es decir, la barrera para la absorción de nutrientes. También ayuda en el tratamiento para el Síndrome del intestino irritable, reduce la sensación de hinchazón, flatulencias, diarrea o estreñimiento y alivia el dolor e inflamación gastrointestinal.
- Bifidobacterium infantis (35624): pueden mejorar el dolor y aliviar algunos síntomas del síndrome del intestino irritable. También previene la enterocolitis y además pertenece al grupo de bacterias que producen vitaminas del grupo B y enzimas digestivas.
La toma de probióticos farmacéuticos deberán estar pautada por un profesional de la salud.