La vitamina D es un nutriente que cumple múltiples funciones en el organismo. Así, los expertos recomiendan tener unos niveles óptimos de esta vitamina para reducir el riesgo de desarrollar diferentes afecciones de salud y enfermedades.
En concreto, autores como el doctor Michael F. Holick, profesor de la Universidad de Boston, y especialista en vitamina D, asegura que la falta de este nutriente en el organismo aumenta el riesgo de desarrollar múltiples patologías.
Una de las grandes características de la vitamina D es que ayuda a una mejor absorción del calcio por parte del cuerpo. Cuando existe deficiencia de esta vitamina, aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis, una enfermedad relacionada con la salud ósea.
Pero además, el cuerpo requiere de una dosis suficiente de este vitamina de forma diaria para el correcto movimiento de los músculos, transmisión de mensajes nerviosos desde el cerebro o correcto funcionamiento del sistema inmune.
Vitamina D y presión arterial
Diferentes estudios científicos también han demostrado que la vitamina D puede tener un papel protagonista en los niveles de presión arterial. Así, hay que tener en cuenta que la hipertensión (presión arterial alta) es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular.
Respecto a la relación entre la vitamina D y la presión arterial, cada vez son más los estudios que evidencian que una falta de este nutriente favorece la hipertensión, con el riesgo que ello conlleva para la salud del corazón.
En este sentido, se trata de una vitamina con grandes beneficios para la salud en general. Por ello, es conveniente contar con unos niveles óptimos de esta vitamina.
La principal fuente de vitamina D es la exposición de la piel a los rayos ultravioletas del sol. De esta forma, el cuerpo tiene la capacidad de producir este nutriente mediante un complejo proceso de síntesis. En cualquier caso, los expertos recomiendan tomar el sol con moderación, para evitar los posibles daños de la radiación solar.
Algunos alimentos como los pescados azules, mariscos, aguacates, champiñones, hongos, leche y productos lácteos ayudan a incrementar los niveles de vitamina D en el organismo, aunque en menor medida.
Una tercera opción la constituyen los suplementos vitamínicos. Si bien, en este tipo de situaciones es conveniente contar con la supervisión de un especialista.
Niveles óptimos en sangre
Para evitar la deficiencia de vitamina D y los efectos de la falta de este nutriente, que puede afectar a la presión arterial, sistema inmune, huesos o músculos, es necesario seguir un estilo de vida que permita contar con unos niveles idóneos.
Desde las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina aconsejan tomar en torno a 600 Unidades Internacionales (UI) de vitamina D de forma diaria para las personas con edades comprendidas entre los 19 y 70 años.
Así, en el caso de las personas adultas a partir de 71 años, es recomendable aumentar la dosis a 800 UI por día. Además, la vitamina D ha ganado gran peso en la actualidad, debido a que la ciencia y la medicina han demostrado que tiene efectos beneficiosos frente al virus del Covid-19.
Algunos expertos en esta vitamina aseguran que tomar grandes cantidades de vitamina D durante el día aporta una gran cantidad de beneficios a la salud. Pero en este sentido, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina recomiendan que los adultos no consuman más de 4.000 UI al día.