Un nuevo trabajo de investigación ha identificado una proteína, denominada LRP3, que controla los niveles de beta amiloide, una proteína que se acumula con mayor facilidad en el cerebro de personas con Alzheimer. Dicho estudio ha sido liderado por el Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, en Alicante.
Los resultados de este interesante trabajo de investigación sobre el cerebro y las conexiones relacionadas con el desarrollo del Alzheimer se ha publicado en la revista ‘Alzheimer’s Research & Therapy‘, cuya principal autora de Inmaculada Cuchillo Ibáñez.
Al respecto, la investigadora Cuchillo Ibáñez explica que «cuando estudiamos la función de LRP3, de la que apenas se conocía nada hasta ahora, descubrimos que influye mucho sobre los niveles de la proteína precursora de beta-amiloide (APP, por sus siglas en inglés). La APP recibe este nombre porque contiene una proteína muy pequeñita, la beta-amiloide, que es el principal componente de las placas que se encuentran en abundancia en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer».
Seguidamente añade que la «LRP3 sería un factor beneficioso, y como es capaz de controlar los niveles de APP y de beta-amiloide, podría ser una nueva diana terapéutica y una vía hasta ahora inexplorada de investigación en Alzheimer».
Proteína protectora a nivel de cerebro
El trabajo de investigación se ha desarrollado a través de muestras humanas de corteza frontal procedentes del Banco de Tejidos del Instituto de Neuropatología del Hospital Universitario de Bellvitge; que examinó previamente la expresión de LRP3 en personas de mediana edad sanas y con enfermedad de Alzheimer.
En relación a este asunto, la investigadora Chuchillo Ibáñez comenta que «vimos que en los cerebros de pacientes de Alzheimer los niveles de LRP3 estaban disminuidos al comienzo de la neurodegeneración».
«Es decir, que podían perder este papel protector del LRP3 respecto a los niveles de beta-amiloide al comienzo de la demencia, y esto podría ser un lastre durante el desarrollo de la enfermedad, porque ya desde el principio se pierde la capacidad de disminuir los niveles de la beta-amiloide y, por tanto, de controlar la presencia de placas seniles en el cerebro«, argumenta la experta.
Los investigadores señalan que la proteína LRP3 es un receptor con una gran capacidad de unir una proteína llamada ‘apoE’. Así, el gen que expresa ‘apoE’ se encuentra especialmente asociado con la enfermedad del Alzheimer en un inicio tardío.
En este sentido, es necesario aclarar que la proteína ‘apoE’ tiene tres formas diferentes, que son las siguientes:
- ‘ApoE2’. Esta es la menos común en humanos y cuenta con capacidad para reducir el riesgo de Alzheimer.
- ‘ApoE3’: Es la forma más común, aunque no parece tener influencia en el riesgo de Alzheimer.
- ‘Apoe 4’: No se relacionado un alto riesgo de sufrir la enfermedad.
Conclusiones de la investigación
Al respecto, los investigadores han observado que también la ‘ApoER2’, otro receptor que al igual que la LRP3 se encuentra en la membrana de las neuronas, estimula el incremento del LRP3; y en consecuencia su papel como regulador de la formación de placas amiloides en el cerebro.
Una vez obtenidos estos resultados esperanzadores, los investigadores confiesan que «nuestro interés ahora es precisamente la relación entre ApoE y LRP3. Sabemos que ApoE4 es un factor de riesgo de Alzheimer y sería interesante averiguar su relación con LRP3 y, de forma indirecta, su efecto en los niveles de APP y beta-amiloide».
Como conclusión, la investigadora Cuchillo Ibáñez sentencia que «cada persona tiene una de las formas de ApoE, ya sea ApoE2, ApoE3 o ApoE4, pero todos tenemos LRP3, así que descubrir la relación entre las distintas formas de ApoE y LRP3 es muy importante porque realmente el efecto que observamos de LRP3 sobre APP y la proteína beta-amiloide es bastante drástico y los niveles de estas dos proteínas clave en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer disminuyen muchísimo».