Un grupo de investigadores ha descubierto una nueva alternativa independiente a la insulina para regular los niveles de glucosa en sangre. En concreto, se trata de una molécula producida en el tejido graso que regula de forma potente y veloz los niveles de azúcar en sangre, al igual que actúa la insulina.
Este trabajo de investigación ha sido elaborado por científicos del Instituto Salk de Estados Unidos. Así, los resultados de este estudio podría abrir un nuevo camino para el desarrollo de terapias para el tratamiento de la diabetes.
La insulina fue descubierta hace 100 años, abriendo un camino de esperanza a millones de personas con diabetes. Desde ese momento, la insulina producida por el páncreas ha sido considerada el principal tratamiento para controlar los niveles de glucosa en sangre.
Una nueva alternativa a la insulina
Con todo ello, 100 años después un grupo de investigadores ha descubierto que la hormona llamada FGF1 ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre; inhibiendo la descomposición de grasas (lipólisis).
Al igual que ocurre con la insulina, la hormona FGF1 ayuda a controlar la glucosa en sangre inhibiendo la lipólisis; aunque ambas hormonas lo hacen de forma diferencia. Es por ello, que la FGF1 podría utilizarse de forma segura para controlar la glucosa en sangre en personas que muestran resistencia a la insulina.
Ronald Evans, profesor y coautor de este trabajo de investigación, explica que «encontrar una segunda hormona que suprime la lipólisis y reduce la glucosa es un avance científico. Hemos identificado un nuevo actor en la regulación de la lipólisis de las grasas que nos ayudará a entender cómo se gestionan las reservas de energía en el organismo».
En este trabajo de investigación, los científicos analizaron los mecanismos que subyacen a estos fenómenos y de la forma en que estaban relacionados. Primeramente, comprobaron que el FGF1 suprime la lipólisis, al igual que ocurre con la insulina.
De forma seguida, también observaron que el FGF1 ayuda a regular la producción de glucosa en el hígado, otra de las acciones que también realiza la insulina.
Por ello, dichas similitudes hicieron preguntarse a los investigadores hasta que punto el FGF1 y la insulina utilizan las misma vías de comunicación para provocar una regulación de los niveles de glucosa en sangre. Se trata de un descubrimiento altamente innovador.
Un mecanismo esperanzador
Con anterioridad, ya se conocía que la insulina tiene la capacidad de suprimir la lipólisis a través de la PDE3B, una enzima que inicia la vía de señalización. Sin embargo, los investigadores observaron sorprendidos como la FGF1 utilizaba otra vía diferente, la PDE4; para controlar la glucosa en sangre.
Al respecto, el coautor de la investigación, Gencer Sancar, señala que «este mecanismo es básicamente un segundo bucle, con todas las ventajas de una vía paralela. En la resistencia a la insulina, la señalización de la insulina está deteriorada. Sin embargo, con una cascada de señalización diferente, si una no funciona, la otra puede hacerlo. De este modo, se sigue controlando la lipólisis y la regulación de la glucemia».
Después de este primer hallazgo esperanzador en el ámbito del tratamiento para el control de la glucosa en sangre y la diabetes, los investigadores muestran sus deseos de analizar la posibilidad de modificar el FGF1 para mejorar la actividad de la PDE4.
Como conclusión, el profesor Michael Downes, argumenta que «la capacidad única del FGF1 para inducir una reducción sostenida de la glucosa en ratones diabéticos resistentes a la insulina es una vía terapéutica prometedora para los pacientes diabéticos».
«Esperamos que la comprensión de esta vía conduzca a mejores tratamientos para los pacientes diabéticos. Ahora que tenemos una nueva vía, podemos averiguar su papel en la homeostasis energética del organismo y cómo manipularla», concluye el investigador.