A medida que envejecemos, a muchas personas les aterra la idea de empezar a desarrollar problemas de memoria. Esta sensación tiene lugar porque rápidamente asocian los fallos de memoria enfermedades graves como el Alzheimer, Parkinson u otras patologías neurodegenerativas. Pero la realidad es diferente.
Aunque aún queda mucho por conocer sobre las funciones cerebrales y la memoria, los estudios desarrollados en los últimos 50 años han permitido a los expertos conocer más a fondo esta materia. Y es algunos fallos de memoria son serios, pero otros no lo son para nada, pudiendo deberse a numerosos factores.
Fallos leves
En este sentido, desde el Instituto Nacional de Estados Unidos explican que la ‘mala’ memoria puede deberse a una parte normal del envejecimiento. Es decir, cuando los seres humanos vamos avanzando en edad tiene lugar numerosas modificaciones en todo el cuerpo, incluido el cerebro.
Así, algunas personas pueden notar mayor dificultad para adquirir conocimientos nuevos, no recordar información de forma tan sencilla como años atrás o perder objetos con más facilidad. Por lo general, esto suelen ser síntomas de problemas leves de ‘mala’ memoria, por lo que no es conveniente asustarnos.
En cualquier caso, ante síntomas de fallos de memoria, aunque sean mínimos, siempre es necesario acudir a una revisión médica para analizar la situación y descartar que se trate de un problema de carácter más serio.
Consejos para las personas con ‘mala memoria’
Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, desde el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos enumeran una serie de consejos para las personas que tienen que lidera normalmente con problemas de ‘mala’ memoria:
- Planificar que haceres a lo largo del día: Realizar notas o utilizar calendarios sirve para ayudar a la memoria a recordar con mayor facilidad determinadas cosas.
- Manténgase activo: Es recomendable realizar pasatiempos o actividades novedosas, como servir de voluntario o visitar familiares.
- Realice ejercicio físico con regularidad: Desde el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos argumentan que «varios estudios han asociado el ejercicio aeróbico (por ejemplo, caminar rápido) con un mejor funcionamiento del cerebro, a pesar de que se necesitan más investigaciones científicas para afirmar con seguridad si el ejercicio puede ayudar a prevenir o retrasar la demencia. El ejercicio también ayuda a aliviar las sensaciones de estrés, ansiedad y depresión»-
- Alimentación adecuada: Llevar una alimentación saludable, completa y equilibrada permite reducir el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades crónicas, además de ser especialmente beneficioso para el estado de la memoria.
Finalmente, un hábito aconsejable para las personas con problemas leves de memoria es limitar el consumo de alcohol. Y es que diferentes estudios han podido comprobar como la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas en periodos muy cortos de tiempo puede ocasionar pérdidas de memoria y daños permanentes en el cerebro.
