Fumar es uno de los hábitos más perjudiciales para el organismo en general, y no solo para los pulmones o el sistema respiratorio. En este sentido, dejar de fumar repercute de forma favorable en numerosos aspectos e incluso tiene una influencia positiva para el funcionamiento del sistema inmune.
En la actualidad, el tabaco sigue siendo un gran problema para la sociedad. Además, muchas personas desconocen realmente todos los beneficios que realmente genera el dejar de fumar para la salud.
Así, es importante conocer como puede afectar positivamente la acción de dejar de fumar a todo nuestro organismo, además de tener influencia favorable sobre determinados aspectos físicos. También es beneficioso para la acción del sistema inmune.
Sistema inmune y efectos favorables de dejar de fumar
Dejar de fumar no es igual de sencillo para todas las personas. En algunos casos conlleva un proceso largo y sacrificado, pero las personas deben de interiorizar que evitar el tabaco es fundamental para mejorar la salud a todos los niveles.
Los expertos de ‘Salud Mapfre‘ explican que aprovechar un periodo de catarro o enfermedad como la gripe pueden ser un impulso apropiado para aprovechar y dejar de fumar definitivamente. Es algo que puede servir de gran ayuda.
En cualquier caso, el tabaco es un elemento que provoca dependencia, debido a su importante contenido en nicotina. Así, los síntomas de abstinencia pueden incluir ansiedad, irritabilidad, dificultad para dormir, desánimo o irritabilidad.
Los profesionales explican que estos síntomas tienen carácter transitorio, por lo que debemos ser conscientes de los grandes beneficios que vamos a obtener a corto plazo y largo plazo. Incluso nuestro sistema inmune se verá beneficiado.
Efectos favorables de dejar de fumar
Los efectos de dejar de fumar se dejan notar en el organismo prácticamente de inmediato, y comienzan a mejorar con el paso del tiempo. Y es que el tabaco solo conlleva aspectos negativos para la salud.
Así, a los pocos minutos de dejar de fumar, la presión arterial y el ritmo cardíaco disminuyen. Posteriormente, a las horas, se reducen los niveles de monóxido de carbono en la sangre y un incremento de los niveles de oxígeno en la sangre.
Con el paso de dos o tres días comienza a normalizarse de forma progresiva los sentidos del olfato y el gusto; así como la desaparición de la halitosis, olor a tabaco en la ropa y el cabello. También se pierde el color amarillo de dedos y uñas, y empieza a notarse el ahorro económico en el bolsillo.
Así, con el paso progresivo de los meses y años sin consumir tabaco, comienzan a desarrollarse beneficios de gran importancia a largo plazo para la salud:
- Baja el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer asociados al consumo de tabaco.
- Mejora la acción del sistema inmune.
- Disminuye de forma considerable el riesgo de enfermedades respiratorias y crónicas.
- El entorno de la personas fumadora también se beneficia positivamente de estos cambios en los hábitos de vida.
- Reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Menor riesgo de enfermedad periodontal.
Además, dejar de fumar también reduce el riesgo de alergias y favorece la reducción del envejecimiento de la piel; así como mejora la cicatrización tras una herida. También provoca beneficios en las caries y manchas dentales.
