Los triglicéridos son una de las principales armas del organismo para generar energía. Estos son un tipo de grasa que están presentes en nuestra sangre y provienen de los alimentos, sobre todo de aquellos como la mantequilla, aceites y otras grasas que no aportan grandes beneficios a nuestro cuerpo. Por ello, llevar una dieta saludable y cuidar nuestro estado físico, son imprescindibles para evitar sustos con los triglicéridos.
Los principales problemas que aportan unos altos niveles de triglicéridos están relacionados con la salud del hígado, corazón y páncreas, por lo que es vital limitar la ingesta de los alimentos que tengan este tipo de grasa en grandes cantidades. De hecho, algunos de los alimentos que más triglicéridos aportan son:
- Comidas con grasas saturadas: Los lácteos (leche, queso, yogurt, mantequilla, etc), aceites de coco y de palma y las carnes de origen animal (pollo, res, cerdo)
- Con grasas trans: Presentes en los alimentos de comida rápida, snacks industriales y los alimentos procesados.
- Comidas ricas en azúcar: Los dulces son muy perjudiciales, por lo que se recomienda no consumir en grandes cantidades estos alimentos y sustituirlos por algunos más saludables.
Puede darse el caso de que personas con diabetes, obesas o que consumen alcohol en exceso, tienen los niveles más altos de triglicéridos. Después de estos colectivos, aparecen en la lista personas que consumen altas cantidades de carbohidratos y las fumadoras.
Así afectan los triglicéridos a nuestro organismo
Los triglicéridos altos son el resultado de una vida sedentaria, el consumo de alimentos azucarados y procesados, alcohol o una diabetes mal controlada. Sin embargo, debemos de tener en cuenta que estos niveles nos suben cuando consumimos más calorías de las que necesitamos.
Estas se almacenan en células grasas y luego, las hormonas los liberan para proveer de energía a nuestro cuerpo. Si consumes más calorías de las que quemas, sobre todo de alimentos ricos en carbohidratos, es posible que vayas a tener los triglicéridos altos y pueda dar lugar a una hipertrigliceridemia.
Así, estas grasas que no necesitamos se quedan circulando en nuestra sangre a través de las lipoproteínas, también encargadas de transportar el colesterol. Para determinar los niveles de triglicéridos es necesario pasar por un examen sanguíneo de forma regular, pues estos son muy silenciosos y podrían estar afectándonos sin que nos diésemos cuenta. Estos son los niveles entre los que se pueden mover los triglicéridos:
- Menos de 150 mg/dL: Deseable
- 150-199 mg/dL: En el límite superior
- 200-499 mg/dL: Alto
- 500 mg/dL o más: Muy alto
Tener descontrolados los niveles de triglicéridos puede acarrearnos graves problemas de salud, por lo que si tenemos un cuadro de hipertrigliceridemia debemos de tomar las mediadas necesarias: Una dieta equilibrada y mucho ejercicio.
Para lograr tener controlados estos niveles se debe hacer un cambio radical en nuestra forma de alimentación. Para ello, debemos incluir fibras en nuestra dieta y evitar a toda costa las grasas y azúcares. Además de, por supuesto, ejercicio físico diario y el consumo de omega 3, que también nos ayuda tenerlos controlados. Esto a la larga irá reduciendo los niveles de triglicéridos en la sangre.
¿Por qué es tan importante tener bajo control los triglicéridos?
Tener los niveles de triglicéridos por encima de lo recomendado puede dar lugar a un endurecimiento de las arterias o el engrosamiento de las paredes arteriales (arterioesclerosis), lo que incrementa el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y enfermedades del corazón. Además, los triglicéridos extremadamente altos también pueden causar inflamación aguda del páncreas (pancreatitis).
Sin embargo, los niveles altos de triglicéridos producen una de las enfermedades más peligrosas para la salud. Sobre todo, para personas con antecedentes familiares, pues en algunos casos, pueden heredarse.
Esta es la hipertrigliceridemia, una enfermedad que no produce síntomas hasta que ya ha hecho un daño importante en el organismo. Está demostrado que las personas que sufren de este mal tienen más posibilidades de padecer otras enfermedades cardiovasculares, especialmente cardíacas. Y también la esteatosis hepática, más conocida como el hígado graso. Cuando los valores superan los 1000 mg/Dl, se puede presentar un caso de pancreatitis aguda.