La vitamina D es un nutriente conocido popularmente como la ‘vitamina de sol’, debido a su peculiar forma de obtención. Sin embargo, debemos tener en cuenta que se trata de una de las vitaminas más importantes en general para el correcto funcionamiento del organismo.
Los expertos destacan que esta vitamina es la única que produce el cuerpo gracias a la exposición solar y que convierte en una hormona. Pero a pesar de la importancia de esta vitamina, son muchas las personas que presentan deficiencia de la misma en el organismo.
Algunos expertos en vitamina D, como el profesor Michael F. Holick, explican que la deficiencia de vitamina D podría aumentar el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades, incluido diferentes tipos de cáncer.
Beneficios de la vitamina D para la salud
Para obtener unos niveles óptimos de vitamina D es necesaria la exposición moderada a la radiación solar de forma regular. Eso sí, sin caer en excesos, ya que una sobreexposición puede derivar en el desarrollo de algunas enfermedades, como el cáncer de piel.
En cualquier caso, los beneficios de la vitamina D son numerosos para la salud. Los expertos enumeran algunos de los siguientes:
- Funcionamiento del sistema inmune, cardiovascular y respiratorio.
- Acción correcta del sistema digestivo.
- Función cerebral.
- Combatir el envejecimiento celular.
- Densidad ósea.
- Función muscular,
- Mejor recuperación del ejercicio.
- Rendimiento deportivo.
- Control del peso corporal.
- Sensación de bienestar.
- Tiempo de reacción física.
- Audición.
- Equilibrio.
- Coordinación.
Además, la vitamina D es un nutriente que ofrece protección frente a diferentes tipos de cáncer, como el de mama, próstata o colon. Por todo ello es adecuado contar con unos niveles óptimos en el organismo, debido a que sus beneficios son numerosos para la salud.
Niveles óptimos
Además de la exposición a la radiación solar, existen determinadas fuentes alimenticias que permiten complementar los niveles de vitamina D en el organismo.
Algunos de los alimentos más ricos en vitamina D son el aceite de hígado de bacalao, pescados azules (salmón, caballa, atún, sardinas, arenques…etc.), yemas de huevo, hongos o champiñones.
Una tercera opción para contar con unos niveles óptimos de vitamina D es el consumo de suplementos vitamínicos. Si bien, esta opción es únicamente recomendable en caso de contar con la supervisión de un especialista médico.
Así, desde la ‘Endocrine Society of Clinical Practice‘ recomiendan las siguientes dosis diarias de vitamina D3 para contar con unos valores óptimos de esta vitamina y repercutir positivamente en la salud_
- Bebés hasta 6 mese | 1000 UI.
- Para lactantes de 6 meses a 1 año | 1500 UI.
- Niños de 1 a 3 años | 2500 UI.
- Para niños de 4 a 8 años | 3000 UI.
- Todos los mayores de 8 años | 4000 UI.
En cualquier caso, es de recibo aclarar que no existe un criterio único en cuanto a las cantidades diarias de vitamina D que necesita una persona al día.
Si bien, es recomendable realizar un análisis médico de forma regular para observar si los niveles de vitamina D se encuentran en un rango saludable. Y es que se trata de una vitamina que juega un papel clave en al menos 2000 genes del organismo; así como todas las funciones y sistemas que regulan.