La glucosa es un elemento fundamental para el funcionamiento del organismo. Si bien, con normalidad, los niveles de glucemia (glucosa en sangre) oscilan en un rango estrecho, ya que existe un equilibrio en el propio cuerpo humano para que así sea.
No obstante, es importante llevar un control de los niveles de glucosa en sangre, especialmente en aquellas personas que conviven con una enfermedad como la diabetes. Y es que los episodios de hiperglucemia (glucemia elevada) o hipoglucemia (glucemia baja) pueden ser altamente perjudiciales para la salud.
Para conocer un poco más sobre la glucosa en el organismo, rescatamos una entrevista con ‘Infosalus‘ de la doctora Cristina Tejera Pérez, médico especialista en Endocrinología y Nutrición, y miembro del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, así como vocal de Comunicación de la Sociedad Española de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
La importancia de detectar un pico de glucosa
Entre las hormonas más importantes del organismo, cuya principal función es el equilibrio de los niveles de glucosa, se encuentra la insulina. Si bien, otros tejidos también intervienen en el metabolismo de la glucosa en el cuerpo humano.
Respecto a los posibles picos de glucosa en sangre, esta especialista manifiesta que normalmente no ocasionan síntomas en personas sanas. No obstante, en el caso de las personas con diabetes, los picos glucémicos si que se hacen notar.
Algunos de los síntomas más comunes de los picos de glucosa en personas con diabetes son el aumento de la sed, incremento de la micción, vómitos, náuseas o sequedad bucal, entre otras.
En referencia a este asunto, la doctora Tejera Pérez argumenta que «estos síntomas se pueden asociar al hecho de que, pese a que haya una glucosa elevada en sangre, esta no entra dentro de la célula por una falta absoluta o relativa de insulina, y es entonces cuando el cuerpo tiene que echar mano de las grasas liberando en este proceso cuerpos cetónicos responsables de estos síntomas. También el tener la glucemia alta produce una deshidratación celular de ahí el aumento de la sed, y secundariamente hay una diuresis osmótica incrementándose la poliuria».
Posibles riesgos de la hiperglucemia
Seguidamente, esta experta en la materia matiza que «si estos picos son cada vez más frecuentes y más llamativos en cuanto a los valores alcanzados, de fondo puede haber una alteración en la secreción de insulina que no medie la supresión hepática de la glucosa entre comidas y no prepare al hígado y al resto de tejidos periféricos (fundamentalmente músculo y tejido adiposo) para la captación de glucosa».
Por otra parte, la doctora Tejera Pérez informa que la glucemia postprandial puede aumentar de manera precoz durante las primeras etapas de desarrollo de la diabetes tipo 2. Además, en ocasiones puede surgir incluso años antes de que se diagnostique esta patología.
Al respecto, la experta de la SEEN detalla que «el tener valores fuera de rango de glucemia tras las comidas, se relaciona con una mayor variabilidad glucémica. A su vez, esta se traduce en un mayor riesgo de desarrollar complicaciones crónicas evolutivas asociadas a la diabetes».
Así, los expertos alertan que unos niveles de glucosa elevados después de las comidas se asocian con un mayor riesgo oxidativo, entre otras complicaciones para el organismo. Además, esta situación puede conllevar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
En definitiva, desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, recuerdan a las personas con diabetes que unos valores de glucemia postprandial a las dos horas tras las comidas deberían ser inferior a 180 mg/dl.