La vitamina D es uno de los nutrientes más importantes para la salud, debido a su protagonismo en diferentes procesos del organismo. Si bien, esta vitamina destaca por su relevancia para la salud de los huesos y el funcionamiento del sistema inmune.
Si bien, la vitamina D también puede influir en el peso corporal y viceversa. En este sentido, si eres una persona con sobrepeso y llevas un tiempo con dietas de adelgazamiento sin conseguid el objetivo marcado, puede ser debido a la deficiencia de esta vitamina en el organismo.
Diferentes trabajos de investigación han observado que niveles bajos de vitamina D en sangre boicotean de alguna forma la pérdida de pesa. Esto tiene su explicación, ya que en concreto esta vitamina se trata de una vita-hormona.
La vitamina D y el peso corporal
Una de las principales funciones de la vitamina D en el organismo es regular el metabolismo de las hormonas que influyen en el peso corporal. Concretamente, esta vitamina participa en la regulación de la insulina.
La insulina es una hormona que se encarga de regular los niveles de glucosa en sangre. Cuando el organismo no produce la suficiente insulina o utiliza inadecuadamente la insulina que produce se genera diabetes o prediabetes.
En este sentido, la vitamina D es un nutriente que mejora la resistencia a la insulina, ayudando a prevenir unos altos niveles de glucosa en sangre, que también ocasiona inflamación. Además, a esta vitamina también se le atribuyen propiedades antiinflamatorias.
Los expertos destacan que las personas con sobrepeso tienen a la vitamina D ‘secuestrada’. Por tanto, las personas con un mayor peso corporal o con obesidad, son más propensas a la falta de esta vitamina.
Así es la correlación con el peso
Se dice que las personas con sobrepeso ‘secuestran’ la vitamina D porque se trata de una vitamina liposoluble. Es decir, este nutriente tiende a almacenarse en los tejidos grasos, por lo que cuanta más grasas tenemos en el cuerpo, más vitamina D se acumula en las células adiposas y menos en sangre.
Por tanto, las personas con sobrepeso tienen menos cantidad de esta vitamina circulando en sangre, lo que provoca resistencia a la insulina y un peor metabolismo energético. Así, un mal metabolismo energético provoca que no se aproveche toda la energía o calorías de los alimentos, ocasionando mayor facilidad para engordad.
En definitiva, se trata de ‘la pescadilla que se muerde la cola’. La falta de vitamina D provoca una mayor resistencia a la insulina y peor metabolismo energético, por lo que genera una mayor facilidad para engordar.
Si engordamos o contamos con sobrepeso, el cuerpo evitar que esta vitamina circule adecuadamente por la sangre, ya que se adhiere a los tejidos adiposos.
Por lo tanto, es recomendable contar con unos niveles óptimos de vitamina D para mantener un peso adecuado de forma regular. Y es que esta vitamina ayuda a mejorar la resistencia a la insulina, el metabolismo energético y favorece una microbiota propia de una persona delgada.