Al igual que hay alimentos que no le vienen bien a los riñones y otros órganos, también los hay que debilitan el sistema inmune, todo ese compendio que denominamos defensas, y que son las que realmente nos marcan cómo tenemos el termómetro de las enfermedades. Cuanto mejor cuidado esté el plan alimenticio que mantengamos para cuidar de nuestro sistema inmune, mejor será la calidad de nuestras defensas, y sobre todo la capacidad de poder evitar muchas enfermedades de índole infecciosas que podemos coger con facilidad.
Hay un listado de alimentos que son propicios para la destrucción progresiva del sistema inmune, y debemos identificarlos lo antes posible para no caer en la trampa de seguir consumiéndolos sin saberlo. Hay alimentos para todos los gustos y de ellos depende no sólo el correcto desarrollo de todos nuestros órganos, sino también del nivel de fortaleza con el que podemos afrontar desde un resfriado hasta una patología grave en la que el estilo de vida saludable sea un arma más con la que poder pelearla.
Estas son las grandes claves del sistema inmune
Con una definición más científica se presenta la Wikipedia, que apunta que el sistema inmunitario o sistema inmunológico es el conjunto de elementos y procesos biológicos que se encuentra en el interior de un organismo y le permite mantener la homeostasis o el equilibrio interno frente a agresiones externas, ya sean:
Algunos alimentos no conviene tomarlos porque pueden afectar negativamente sobre nuestras defensas- De naturaleza biológica (agentes patógenos)
- O de naturaleza písicoquímicas (como contaminantes o radiaciones) e internas (por ejemplo, células cancerosas)
Por lo que el sistema inmune es capaz de reconocer todo aquello que nos daña y plantarle cara. Podemos encontrar, entre sus elementos y procesos biológicos antes mencionados, la piel, las mucosas, los glóbulos blancos y varios órganos del sistema linfático, como las conocidas amígdalas o la propia médula ósea.
¿Qué alimentos dañan nuestro sistema inmune?
Si nos vamos directamente al quid de la cuestión, que no es otro que analizar cuáles son los alimentos que podríamos estar consumiendo habitualmente y que no nos conviene tener, encontramos la sal, con la que tenemos más posibilidades de sufrir enfermedades llamadas autoinmunes.
Los lácteos enteros tampoco ayudan debido a que nos provocan la irritación estomacal, y también dañan directamente al sistema inmune. Sí que es cierto que en los primeros años es una gran fuente de calcio, pero hay vías alternativas para tener lo necesario cuando vamos creciendo. El azúcar y las carnes rojas, por ejemplo, tampoco colaboran en hacer de nuestro sistema inmune un lugar sano. Claro está que su consumo residual puede ser beneficioso por otros nutrientes, pero no debemos abusar ni mucho menos. Cierran la lista de alimentos que dañan nuestro sistema inmune las denominadas grasas saturadas y trans.