La vitamina D es uno de los nutrientes más importantes para el ser humano. Y es que esta vitamina cumple importantes funciones en el organismo, siendo clave en aspectos tan relevantes como el sistema inmune, movimiento muscular o la estructura ósea.
Desde el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos destacan a la vitamina D como un nutriente que «ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de las principales sustancias necesarias para tener huesos fuertes». La deficiencia de esta vitamina aumenta el riesgo de osteoporosis.
Muchos expertos en vitamina D, como el profesor Michael F. Holick, aseguran que contar con unos niveles adecuados de esta vitamina reduce el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades. Por el contrario, valores deficientes aumentan dicho riesgo.
La vitamina del sol
La vitamina D es conocida popularmente como la vitamina del sol. Esta denominación se debe a que su principal fuente de obtención para los seres humanos son los rayos ultravioletas del sol. Es decir, el cuerpo tiene la capacidad de generar vitamina D a través de un complejo proceso por la exposición de la piel a la radiación solar.
En este sentido, una época del año como el verano es idónea para incrementar los valores de esta vitamina en el organismo; teniendo en cuenta la importancia de este nutriente para la salud en general.
Así, los expertos recomiendan tomar el sol con responsabilidad y sin caer en excesos. Una sobreexposición a la radiación solar puede tener consecuencias especialmente negativas en la piel, como quemaduras, manchas o incluso un mayor riesgo de sufrir cáncer de piel.
Una buena noticia es que para aumentar los niveles de vitamina D únicamente basta con tomar el sol durante 20 o 30 minutos al día. Además, con exponer zonas específicas del cuerpo, como la cara, brazos y piernas ya sería suficiente para incrementar los valores de esta vitamina.
Alimentos que aportan más vitamina D
Exponer la piel al sol de forma regular es absolutamente indispensable para contar con unos valores adecuados de esta vitamina. No obstante, también es posible complementar los niveles de vitamina D con la ingesta de determinados alimentos.
Hay que tener en cuenta que existe una reducida variedad de alimentos que aporten vitamina D al organismo, aunque suficientes para suponer una ingesta adecuada.
Las mejores fuentes alimenticias de esta vitamina son los pescados azules y grasos, champiñones, setas, huevos y productos lácteos. Curiosamente, algunas variedades de hongos y champiñones se exponen a la radiación ultravioleta para incrementar su aporte en vitamina D.
Según indican desde la Clínica Universidad de Navarra, algunos de los alimentos que más vitamina D aportan al organismo son: Aceite de hígado de bacalao, salmón, sardinas, arenques, atún, angula, anguila, bonito, caballa, congrio, boquerón, huevas, huevo de gallina, queso y champiñones.
Una tercera alternativa para incrementar los valores de esta vitamina es el consumo de suplementos vitamínicos. No obstante, solo es recomendable tomar este tipo de producto en caso de necesidad de salud y siempre supervisado por un especialista médico.