Las altas temperaturas son un riesgo para el funcionamiento del organismo en general. Así, el calor también puede afectar al cerebro y a largo plazo a la memoria. Tal y como informan los expertos, el cerebro es la parte del cuerpo encargada de regular la temperatura corporal.
El doctor Javier Camiña, vocal de la Sociedad Española de Neurología, explica en ‘Infosalus‘ que durante los días de calor solemos estar más lentos, tanto en movimientos como a la hora de pensar y ejecutar. Es un efecto que provoca el calor al cerebro.
Respecto a esta vinculación entre el calor, cerebro y memoria, el doctor Camiña indica que «por encima de los 40 grados ambientales a nuestro cerebro le puede costar regular la temperatura, ya que nuestro sistema de termorregulación puede verse desbordado. El hipotálamo, la estructura cerebral encargada de hacer coordinar dicha regulación, intenta compensar el exceso de calor, a través de mecanismos como el control de la frecuencia respiratoria, la sudoración, y de la sensación de sed».
Efectos del calor en el cerebro y la memoria
El calor puede afectar de forma considerable al funcionamiento normal del cerebro e incluso en las actividades habituales de la memoria. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el cuerpo humano se adapta a las condiciones ambientales, ya que algunas personas viven durante todo el año en lugares en los que es habitual que el termómetro supere los 40ºC.
En este sentido, este experto de la Sociedad Española de Neurología detalla que el cerebro puede regular de forma exitosa su funcionamiento en circunstancias adversas. Así, una de estas circunstancias adversas son las altas temperaturas.
Entre otras cosas, el doctor Camiña recomienda evitar la exposición ambiental en las horas centrales del día. De esta forma se puede reducir el riesgo de los efectos sobre el cerebro o la memoria. Estas recomendaciones son especialmente necesarias en la población más vulnerables, como niños, ancianos o personas con enfermedad.
Consejos para evitar los efectos del calor
El experto de la Sociedad Española de Neurología expone que «al cerebro no le gustan los cambios excesivos de ninguna índole y frente a esto hay personas más vulnerables. En el caso de la migraña, por ejemplo, los cambios bruscos de temperatura pueden ser desencadenantes de crisis de migraña».
Con todo ello, los efectos de las altas temperaturas suponen un mayor riesgo en la actividad del cerebro de personas con Esclerosis Múltiple. También puede afectar a la actividad normal del sueño, con las consecuencias cognitivas que ello conlleva.
Igualmente, advierte que el calor aumenta el riesgo de deshidratación, que puede tener consecuencias a nivel cognitivo; especialmente en la memoria a corto plazo y en el cansancio mental. Algunos síntomas probables son la fatiga o somnolencia.
Debido a todos estos riesgos, el doctor Javier Camiña enumera una serie de recomendaciones para evitar los efectos negativos del calor sobre el cerebro y la memoria:
- Evitar la realización de actividades físicas al aire libre en las horas centrales del día.
- Hidratarse de forma constante, incluso sin tener sensación de sed.
- Realizar duchas con frecuencia para reducir la temperatura corporal.
- Utilizar ropa homologada y que no impida la transpiración.
- Evitar actividades prolongadas.
- Descansar de forma periódica.
- Comprobar constantemente el estado en el que se encuentran las personas vulnerables de su entorno.
Finalmente, también es aconsejable permanecer en estancias adecuadamente acondicionadas y que ayudan a reducir la sensación de calor y humedad en exceso.